Seguramente casi nadie se acuerde, pero cuando se lanzó Shrek, la famosa película de Disney, era la historia contada al revés: no era el príncipe quien salvaba a la princesa, sino el ogro, no existía ese caballo blanco sino un burro por momentos mal hablado, la princesa terminaba convirtiéndose en ogro y el rey lejos de ser un hombre erguido, con poder y decisión, era más bien bajito y con capacidades disminuidas de liderazgo. Era la misma historia quizás, una princesa, alguien a rescatar, un enamorado, (recordemos que la princesa se enamoraba del ogro) pero al revés. ¿El mismo resultado? Probablemente sí, pero por otro camino totalmente distinto al conocido como “normal”. 

Por otro lado, si leyeron algo sobre este blog o algún minilibro, la gran base sobre la cual se sienta la administración de los negocios, podríamos decir que es: ¿Dónde estoy? ¿Dónde voy? ¿Cómo llego? Y se trata de gestionar ese camino.  

Para hacerlo, se necesita saber sobre planificación, ser un buen pronosticador, quizás ser bueno o tener experiencia en lo que uno hace y si todo sale bien, llegar a “esa meta”. ¡¡Hasta hoy!! Esta nota del blog se trata sobre Range, el libro que tira todo eso a la basura. 

Les cuento un poco:  

En principio, si leyeron la nota sobre Tiger vs Roger del blog, la misma (basada en un capítulo del libro) empieza comentando sobre los especialistas tardíos, personas que estuvieron muy lejos de empezar temprano con alguna practica y más bien se dedicaron a hacer bastantes y variadas, hasta que en cierto punto de su vida eligieron una y se quedaron con esa. Algo así como un conocimiento en “T”: una base general y luego una especialización. En el libro se cuentan historias desde el deporte hasta la pintura. Primer mito derrumbado: no es necesario para muchas prácticas de la vida, empezar desde muy chico a practicar algo y sostenerte para ser exitoso. 

En otro momento habla sobre la planificación y los pronósticos y explica, dicho en pocas palabras, que somos desastrosos pronosticando, y que esto se da en personas que tiene niveles de experto en materias en las cuales realizaban los pronósticos. Pero no queda solo ahí, también dice muchas veces esos expertos eran peores pronosticadores que aquellas personas que tenían un conocimiento variado sobre diferentes variables y no eran especialistas sobre el tema que se estaba tratando. Y esto, entre otras cosas, derriba un segundo mito muy fuerte: como no tenemos idea lo que va a pasar, de nada sirve la experiencia previa.  

Pero ¿por qué se puede dar esto? ¿Por qué los expertos son tan malos pronosticando? Quizás por un uso y abuso del uso de las herramientas conocidas y utilizadas durante tanto tiempo. Es como si les dijera que a que partir de ahora, los bomberos no pueden apagar incendios con una manguera y agua, pero se los dijéramos en el medio del incendio. Ningún bombero se animaría a soltar su manguera y optar por nuevas herramientas. Aunque se les explique que ciertas herramientas no funcionan más, parece que los expertos especialistas, muchas veces tienden a pensar que eso es “imposible”. 

Si por otro lado, no sos de los especialistas, como puede ser cualquiera de nosotros, que no tenés muy definido el camino y simplemente vas para adelante, el libro cuenta que muchas de estas personas encuentran el camino al andar y hasta da el ejemplo relacionado con administración de organizaciones: “antes se creía que uno debía planificar el lugar a llegar y luego intentar llegar, ahora la idea es: hacer lo que a uno le guste, que el camino se encuentra al andar. Pero con una salvación, si algo realmente no nos gusta, hay que ser muy sinceros con uno mismo y cambiar el rumbo”. 

Range, de David Epstein es para mí, un libro Shrek, que me contó la misma historia que leí durante muchos años de universidad, pero con otra mirada totalmente al revés, algo como: no importa tu experiencia, no importa donde quieras llegar, no importa si empezaste desde chiquito y dedicaste horas, nada de eso importa para llegar a ser “algo o alguien”. Importa que elijas lo que te gusta, que cada vez que veas que no te gusta cambies y vuelvas a lo que te gusta, y en algún momento, vas a encontrar eso que te apasiona y ahí sí, entrenar mucho y con dedicación, no importa si es a los 15, a los 20 o a los 50. 

Si vos que estas leyendo, hace 30 años que estás haciendo lo mismo y sos un especialista, esto para nada derriba todo tu conocimiento. El libro también explica que se necesitan personas con conocimiento variado y que miren con mirada sistémica la historia, pero también son extremadamente necesarios los especialistas que saben infinidad sobre un solo tema.  

Al final de la historia, como Shrek, espero que todos terminemos bailando. 

Publicaciones Similares